Talált 1414 Eredmények: milagros de Jesús

  • Jesús les contestó: «¿Quieren ustedes que los compañeros del novio estén de duelo, mientras el novio está con ellos? Llegará el tiempo en que el novio les será quitado; entonces ayunarán. (Evangelio según San Mateo 9, 15)

  • Mientras Jesús hablaba, llegó un jefe de los judíos, se postró delante de él y le dijo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, pon tu mano sobre ella, y vivirá.» (Evangelio según San Mateo 9, 18)

  • Jesús se levantó y lo siguió junto con sus discípulos. (Evangelio según San Mateo 9, 19)

  • Jesús se dio vuelta y, al verla, le dijo: «Animo, hija; tu fe te ha salvado.» Y desde aquel momento, la mujer quedó sana. (Evangelio según San Mateo 9, 22)

  • Al llegar Jesús a la casa del jefe, vio a los flautistas y el alboroto de la gente. (Evangelio según San Mateo 9, 23)

  • Después que echaron a toda la gente, Jesús entró, tomó a la niña por la mano, y la niña se levantó. (Evangelio según San Mateo 9, 25)

  • Al retirarse Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que gritaban: «¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!» (Evangelio según San Mateo 9, 27)

  • Cuando Jesús estuvo en casa, los ciegos se le acercaron, y Jesús les preguntó: «¿Creen que puedo hacer esto?» Contestaron: «Sí, Señor.» (Evangelio según San Mateo 9, 28)

  • Entonces Jesús les tocó los ojos, diciendo: «Hágase así, tal como han creído». Y sus ojos vieron. (Evangelio según San Mateo 9, 29)

  • Jesús echó al demonio, y el mudo empezó a hablar. La gente quedó maravillada y todos decían: «Jamás se ha visto cosa igual en Israel.» (Evangelio según San Mateo 9, 33)

  • Jesús recorría todas las ciudades y pueblos; enseñaba en sus sinagogas, proclamaba la Buena Nueva del Reino y curaba todas las dolencias y enfermedades. (Evangelio según San Mateo 9, 35)

  • Al contemplar aquel gran gentío, Jesús sintió compasión, porque estaban decaídos y desanimados, como ovejas sin pastor. (Evangelio según San Mateo 9, 36)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina