Talált 36 Eredmények: humo

  • Negras se vuelven sus caras con el humo que hay en su casa. (Baruc 6, 20)

  • Había allí setenta hombres, cada uno con su incensario en la mano, y el humo del incienso se elevaba. Eran los ancianos de Israel y entre ellos reconocí a Jeconías, hijo de Safán. (Ezequiel 8, 11)

  • Funcionarios, prefectos, gobernadores y consejeros del rey se acercaron para verlos: el fuego no había tenido ningún poder sobre su cuerpo, sus cabellos no estaban chamuscados, sus pantalones no habían sufrido ningún daño y ni siquiera tenían olor a humo (Daniel 3, 94)

  • Por eso serán como neblina matinal, como el rocío que pronto se seca, como paja barrida por el viento, como el humo que escapa por la ventana. (Oseas 13, 3)

  • Daré a ver señales en el cielo, y en la tierra habrá sangre, fuego y nubes de humo. (Joel 3, 3)

  • Desde donde sale el sol hasta el ocaso, en cambio, todas las naciones me respetan y en todo el mundo se ofrece a mi Nombre tanto el humo del incienso como una ofrenda pura. Porque mi Nombre es grande en las mismas naciones paganas, dice Yavé de los ejércitos. (Malaquías 1, 11)

  • Pero ustedes no saben lo que será el mañana. ¿Estarán con vida todavía? Pues no son más que humo que se ve por unos instantes y luego se disipa. (Carta de Santiago 4, 14)

  • Así vi a los caballos y a los que los montaban: tenían corazas color fuego, jacinto y azufre; las cabezas de los caballos son como cabezas de leones y de sus bocas sale fuego, humo y azufre. (Apocalipsis 9, 17)

  • La tercera parte de la humanidad fue exterminada por estas tres plagas: fuego, humo y azufre, que salían de la boca de los caballos. (Apocalipsis 9, 18)

  • No hay reposo, ni de día ni de noche, para los que adoran a la bestia y a su imagen, ni para quienes se dejan marcar con la marca de su nombre. El humo de su tormento se eleva por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 14, 11)

  • Entonces el Santuario se llenó de humo por estar allí la gloria de Dios y su poder, de modo que nadie podía entrar en él hasta que se consumaran las siete plagas de los siete ángeles. (Apocalipsis 15, 8)

  • Y volvieron a clamar: ¡Aleluya! De ella sube humo por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 19, 3)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina