Talált 653 Eredmények: hecho
no beberá ni vino ni bebida alguna que pueda embriagar, ni vinagre hecho de vino o de otra bebida embriagante cualquiera, ni tampoco jugo alguno exprimido de uvas; no comerá uvas frescas ni pasas. (Números 6, 3)
El sacerdote lo mecerá todo delante de Yavé como se hace con las ofrendas. Son cosas consagradas y pertenecen al sacerdote, lo mismo que el pecho que fue mecido y el pernil que fue ofrecido. Hecho esto, el nazireo ya podrá beber vino. (Números 6, 20)
Le dijo a Yavé: "¿Por qué tratas tan mal a tu servidor? ¡No me has hecho ningún favor al imponerme la carga de todo este pueblo! (Números 11, 11)
Yavé dijo a Moisés: "¿Hasta cuándo me va a seguir menospreciando este pueblo? ¿Hasta cuándo va a tener poca confianza en mí después de todos los prodigios que he hecho en medio de él? (Números 14, 11)
¿Les parece poco que el Dios de Israel los haya separado de la comunidad de los israelitas, y que los haya hecho acercarse a El para que sirvan en la Morada de Yavé y así aseguren el culto en nombre de la comunidad? Les permitió que se le acercaran a ti y a tus hermanos, los hijos de Leví, y ¿todavía reclaman el sacerdocio? Esto es el colmo, pues tú y tu banda se han amotinado contra Yavé. Y Aarón, ¿qué tienen en su contra para que murmuren de él? (Números 16, 9)
¿Piensas que nos trajiste a una tierra que mana leche y miel? ¡Si ni siquiera nos has dado campos ni viñas! ¿Crees que toda esa gente está ciega? ¡No iremos, pues!" Moisés se enojó mucho y dijo a Yavé: "No mires su ofrenda, no les he quitado nada, ni siquiera un burro, ni les he hecho daño a ninguno de ellos". (Números 16, 14)
Balac, hijo de Sipor, se enteró de todo lo que Israel les había hecho a los amoritas. (Números 22, 2)
Esta vez Yavé abrió el hocico de la burra, la que le dijo a Balaam: "¿Qué te he hecho para que me pegues tres veces?" (Números 22, 28)
Está también el caso de una mujer que se casa cuando todavía está ligada por un voto o por una promesa que ha hecho imprudentemente. (Números 30, 7)
Está también el caso de la mujer que ha hecho un voto estando en casa de su marido, o se ha comprometido con juramento. (Números 30, 11)
Lo mismo había hecho con los Horitas que fueron exterminados en Seír por los hijos de Esaú. Y los amonitas habitaron la tierra de los refaitas hasta el día de hoy. (Deuteronomio 2, 22)
Los consagramos en anatema, exterminando a aquella gente, como lo habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón: acabamos con todas las ciudades, hombres, mujeres y niños. (Deuteronomio 3, 6)