Talált 258 Eredmények: guerra

  • Hubo guerra entre Asá, rey de Judá, y Basá, rey de Israel, mientras vivieron. (1 Reyes 15, 32)

  • Su servidor Zimri, jefe de la mitad de los carros de guerra, conspiró contra él. Y aprovechando que se puso a tomar hasta emborracharse en casa de Arsá, gobernador de Tirsa, (1 Reyes 16, 9)

  • El respondió: «Tanto si vienen en son de paz como en son de guerra, tómenlos vivos.» (1 Reyes 20, 18)

  • Transcurrieron tres años sin guerra entre Aram e Israel. (1 Reyes 22, 1)

  • Josafat, rey de Judá, dijo al rey de Israel: «Te pido, por favor, que antes de partir a la guerra consultemos primero a los profetas de Yavé.» (1 Reyes 22, 5)

  • Por eso, en cuanto los jefes de los carros vieron a Josafat, pensaron que era el rey de Israel, y lo rodearon para atacarlo, pero Josafat lanzó su grito de guerra y, (1 Reyes 22, 32)

  • Al leer la carta el rey, rasgó sus vestidos para manifestar su indignación: «Yo no soy Dios para dar muerte o vida. ¡Y el rey de Aram me manda a este hombre para que lo sane! Reconozcan y vean que busca pretextos de guerra.» (2 Reyes 5, 7)

  • Fue Joram a atacar la ciudad de Saír con todos sus carros de guerra. Ahí, atacando de noche, logró escapar a los edomitas que lo tenían cercado a él y a los jefes de los carros, pero los israelitas se habían dispersado. (2 Reyes 8, 21)

  • Partió con Joram, hijo de Ajab, para hacer la guerra a Jazael, rey de Aram, en Ramot de Galaad. Pero los arameos dejaron herido a Joram, (2 Reyes 8, 28)

  • «Apenas esta carta llegue a ustedes, que tienen a los hijos del rey, los carros de guerra y los caballos, una ciudad fortificada y armas, (2 Reyes 10, 2)

  • No le quedaron a Joacaz más que cincuenta hombres de a caballo, diez carros de guerra y diez mil soldados, pues el rey de Aram había exterminado y reducido a polvo todo lo demás. (2 Reyes 13, 7)

  • Ajaz mandó mensajeros a Teglatfalasar, rey de Asur, para decirle: «Soy tu siervo y tu hijo. Ven, pues, y sálvame de manos del rey de Aram y de manos del rey de Israel, que me hacen la guerra.» (2 Reyes 16, 7)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina