Talált 144 Eredmények: fuerte

  • El ruido de las alas de los querubines se oía hasta en el patio exterior, pues era tan fuerte que parecía la voz del Dios Todopoderoso cuando habla. (Ezequiel 10, 5)

  • Mientras estaba profetizando, murió Peltías, hijo de Banaías: caí entonces con el rostro en tierra y me puse a gritar con fuerte voz: "¡Ay, Yavé! ¿Quieres destruir todo lo que queda de Israel?" (Ezequiel 11, 13)

  • significa que este reino va a ser dividido, y que será en parte fuerte y en parte débil. (Daniel 2, 42)

  • Un mensajero proclamó con voz fuerte: «Hombres de toda raza, nación y lengua, (Daniel 3, 4)

  • Con voz fuerte gritaba: Derriben el árbol, corten sus ramas, arranquen sus hojas y tiren sus frutos; que se vayan las bestias de debajo de él y las aves también. (Daniel 4, 11)

  • Seguí mirando en mis visiones nocturnas y vi la terrible cuarta bestia. Era espantosa y extraordinariamente fuerte; tenía enormes dientes de hierro; comía, trituraba y lo sobrante lo pisoteaba con las patas. (Daniel 7, 7)

  • Mira: En Persia habrá tres reyes más, el cuarto tendrá más riquezas que todos ellos, y cuando se sienta fuerte con sus riquezas, pondrá todo en movimiento contra el reino de Grecia. (Daniel 11, 2)

  • El rey del sur se hará poderoso; uno de sus jefes se hará fuerte contra él y tendrá un imperio mayor que el suyo. (Daniel 11, 5)

  • Obrará con engaño aprovechando las alianzas hechas con él y, con poca gente, se hará fuerte (Daniel 11, 23)

  • Entonces Susana exclamó con voz fuerte: «Oh Dios eterno, que conoces los secretos, que todo lo sabes antes que suceda, (Daniel 13, 42)

  • ¡Día de tinieblas y de oscuridad, día de nubes y de espesa niebla! Ahí viene un pueblo numeroso y fuerte, como jamás hubo otro ni lo habrá después de él, avanza y se extiende como una sombra sobre los cerros. (Joel 2, 2)

  • Pero Yavé envió un fuerte viento sobre el mar, causando una tempestad tan grande que el barco amenazaba hundirse. (Jonás 1, 4)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina