Talált 273 Eredmények: esos

  • En cuanto a esos enemigos míos que no me quisieron por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia.» (Evangelio según San Lucas 19, 27)

  • Uno de esos días en que Jesús enseñaba en el Templo anunciando la Buena Nueva al pueblo, se acercaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley con algunos jefes de los judíos, y le dijeron: (Evangelio según San Lucas 20, 1)

  • Vendrá, hará morir a esos trabajadores y entregará la viña a otros.» Al oír esto, algunos dijeron: «¡No lo quiera Dios!» (Evangelio según San Lucas 20, 16)

  • «Cuídense de esos maestros de la Ley a los que les gusta llevar largas vestiduras, y ser saludados en las plazas, y ocupar los puestos reservados en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes. (Evangelio según San Lucas 20, 46)

  • Se introducen con sus largas oraciones, y luego devoran los bienes de las viudas. Esos tendrán una sentencia muy rigurosa.» (Evangelio según San Lucas 20, 47)

  • Porque esos serán los días en que se rendirán cuentas, y se cumplirán todas las cosas que fueron anunciadas en la Escritura. (Evangelio según San Lucas 21, 22)

  • ¡Pobres de las mujeres embarazadas o que estén criando en esos días! Porque una gran calamidad sobrevendrá al país y estallará sobre este pueblo la cólera de Dios. (Evangelio según San Lucas 21, 23)

  • Jesús dijo: «Llenen de agua esos recipientes.» Y los llenaron hasta el borde. (Evangelio según San Juan 2, 7)

  • Por eso les aconsejo ahora que se olviden de esos hombres y los dejen en paz. Si su proyecto o su actividad es cosa de hombres, se vendrán abajo. (Hecho de los Apóstoles 5, 38)

  • Un ángel del Señor se presentó a Felipe y le dijo: «Dirígete hacia el sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza; no pasa nadie en esos momentos.» (Hecho de los Apóstoles 8, 26)

  • Por la mañana los magistrados enviaron a unos oficiales con esta orden: «Deja en libertad a esos hombres.» (Hecho de los Apóstoles 16, 35)

  • Pero al no encontrarlos allí, arrastraron a Jasón y a otros creyentes ante los magistrados de la ciudad, gritando: «Esos hombres que han revolucionado todo el mundo han llegado también hasta aquí (Hecho de los Apóstoles 17, 6)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina