Talált 176 Eredmények: dinero

  • Cuando veían que la caja estaba llena, un secretario del rey venía y, con el sumo sacerdote, la sacaban y contaban el dinero. (2 Reyes 12, 11)

  • Luego lo entregaban en manos de los encargados de las obras de la Casa, quienes pagaban con este dinero a los carpinteros y albañiles que trabajaban en las reparaciones. (2 Reyes 12, 12)

  • De este dinero que se daba para la Casa, no se hacían ni copas de plata, ni cuchillos, ni calderos para el agua, ni trompetas, ni ningún objeto de oro o plata, (2 Reyes 12, 14)

  • Solamente el dinero ofrecido por la expiación de los pecados era para los sacerdotes. (2 Reyes 12, 17)

  • Menajem exigió el dinero a todos los hombres ricos e importantes de Israel, para darlo al rey de Asur: cincuenta monedas de plata cada uno. Con esto, se volvió el rey de Asur y no se detuvo allí en el país. (2 Reyes 15, 20)

  • Ezequías, pues, le entregó todo el dinero que se hallaba en la Casa de Yavé y en los tesoros de la casa real. (2 Reyes 18, 15)

  • «Sube donde el sumo sacerdote Helquías, y dile que funda el dinero que la gente ofrece para la Casa de Yavé y que recogen los guardias de las puertas, (2 Reyes 22, 4)

  • y cuando lo haya fundido, que se lo entregue a los encargados de la Casa de Yavé. Con ese dinero pagarán a los que están haciendo las reparaciones de la Casa. (2 Reyes 22, 5)

  • Luego fue Safán donde el rey para decirle: «Hemos reunido el dinero que estaba en la Casa, y ha sido entregado a los encargados de la Casa para hacer las reparaciones.» (2 Reyes 22, 9)

  • Los caballos de Salomón procedían de Cilicia; los mercaderes del rey los adquirían en Cilicia por su precio en dinero. (2 Crónicas 1, 16)

  • Cuando llevaban la caja a los inspectores del rey, por medio de los levitas, si veían que había mucho dinero, venía el secretario del rey y el inspector del sumo sacerdote para vaciar la caja; luego la tomaban y volvían a su lugar. Así lo hacían cada día, y recogían dinero en abundancia. (2 Crónicas 24, 11)

  • Acabado el trabajo, entregaron al rey y a Joyadá el resto del dinero, con el cual hicieron objetos para la Casa de Yavé: utensilios para el ministerio y para los holocaustos, vasos y objetos de oro y plata. Durante toda la vida de Joyadá los holocaustos se ofrecieron constantemente en la Casa de Yavé. (2 Crónicas 24, 14)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina