Talált 602 Eredmények: deseo de muerte

  • Estoy apretado por los dos lados: por una parte siento gran deseo de largarme y estar con Cristo, lo que sería sin duda mucho mejor. (Carta a los Filipenses 1, 23)

  • se rebajó a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en una cruz. (Carta a los Filipenses 2, 8)

  • Es cierto que estuvo enfermo y a las puertas de la muerte, pero Dios tuvo piedad de él y también de mí, ahorrándome penas sobre penas. (Carta a los Filipenses 2, 27)

  • Quiero conocerlo; quiero probar el poder de su resurrección y tener parte en sus sufrimientos; y siendo semejante a él en su muerte, (Carta a los Filipenses 3, 10)

  • Pero con su muerte Cristo los reconcilió y los integró a su mismo ser humano mortal, de modo que ahora son santos, sin culpa ni mancha ante él. (Carta a los Colosenses 1, 22)

  • Estos son los que dieron muerte al Señor Jesús y a los profetas, y los que nos persiguen a nosotros. No agradan a Dios y se portan como enemigos de todos los hombres (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 15)

  • y no se deje llevar por el deseo, como hace la gente que no conoce a Dios. (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 5)

  • Hermanos, deseo que estén bien enterados acerca de los que ya descansan. No deben afligirse como hacen los demás que no tienen esperanza. (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 13)

  • Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para llenarme de alegría. (2º Carta a Timoteo 1, 4)

  • acaba de manifestarse ahora con la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que ha destruido la muerte y ha hecho resplandecer en su Evangelio la vida y la inmortalidad. (2º Carta a Timoteo 1, 10)

  • pero el texto dice: por un momento lo hiciste más bajo que los ángeles. Esto se refiere a Jesús, que, como precio de su muerte dolorosa, ha sido coronado de gloria y honor. Fue una gracia de Dios que experimentara la muerte por todos. (Carta a los Hebreos 2, 9)

  • Puesto que esos hijos son de carne y sangre, Jesús también experimentó esta misma condición y, al morir, le quitó su poder al que reinaba por medio de la muerte, es decir, al diablo. (Carta a los Hebreos 2, 14)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina