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Entonces Faraón dio esta orden a todo el pueblo: «Echen al río a todo niño nacido de los hebreos, pero a las niñas déjenlas con vida.» (Exodo 1, 22)
Aquel mismo día Faraón dio la siguiente orden a los capataces del pueblo y a sus secretarios israelitas: (Exodo 5, 6)
Denles más trabajo y que no flojeen, y ya no se prestarán para estas tonterías.» (Exodo 5, 9)
No nos dan paja y nos piden ladrillos. Los tuyos no tienen por qué azotarnos.» (Exodo 5, 16)
El respondió: «¡Flojos y más que flojos! Por esa razón me piden ir a sacrificar a Yavé. (Exodo 5, 17)
Estos son Aarón y Moisés, a los que se dirigió Yavé para sacar a los hijos de Israel de Egipto, ordenados como un ejército. (Exodo 6, 26)
Se presentaron Moisés y Aarón a Faraón, hicieron lo que Yavé les había ordenado, y, al echar el bastón delante de Faraón y de sus ministros, éste se convirtió en serpiente. (Exodo 7, 10)
Y así lo hizo Yavé. Densas nubes de tábanos invadieron la casa de Faraón y las de toda su gente en toda la tierra de Egipto. El país quedó infestado de ellos. (Exodo 8, 20)
Así que caminaremos tres días por el desierto y, allí, ofreceremos el sacrificio a nuestro Dios, de la manera que él nos ordene.» (Exodo 8, 23)
Yavé dijo a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo cubrirán las tinieblas el país de Egipto,tan densas que la gente caminará a tientas.» (Exodo 10, 21)
Así lo hizo Moisés, y al instante densas tinieblas cubrieron Egipto por espacio de tres días. (Exodo 10, 22)
Faraón llamó a Moisés y le dijo: «Salgan ustedes a rendir culto a Yavé, pero que se queden sus ovejas y sus vacunos. Ustedes llevarán a sus niños.» (Exodo 10, 24)
