Talált 307 Eredmények: cual
Hijos de Elpaal: Heber, Misam y Semed, el cual edificó Onó, Luc y sus aldeas anexas. (1 Crónicas 8, 12)
David consultó a Yavé, el cual le contestó: «No subas detrás de ellos sino que das un rodeo y les vienes al encuentro por el lado donde están los árboles que dan bálsamo, (1 Crónicas 14, 14)
Con ellos estaban Hemán y Jedutún, y el resto de los hombres escogidos y señalados cada cual por su nombre para alabar a Yavé, y cantar: «Porque es eterna su misericordia.» (1 Crónicas 16, 41)
David tomó una gran cantidad de bronce, con el cual Salomón hizo el Mar de Bronce, las columnas y los utensilios de bronce. (1 Crónicas 18, 8)
Esto desagradó a Yavé, por lo cual castigó a Israel. (1 Crónicas 21, 7)
Allí erigió un altar a Yavé y ofreció víctimas quemadas y sacrificios de comunión e invocó a Yavé, el cual le respondió con fuego del cielo que cayó sobre el altar del holocausto. (1 Crónicas 21, 26)
Estos eran los cuatro hijos de Semí: Yajat era el jefe, Zizá, el segundo; Jeus y Bería no tuvieron muchos hijos, por lo cual representaron en el censo una sola casa paterna. (1 Crónicas 23, 11)
Para la puerta oriental la suerte cayó sobre Selemías. Después echaron suertes para la puerta del norte, la cual le tocó a su hijo Zacarías, que era un prudente consejero. (1 Crónicas 26, 14)
Yavé dijo a Salomón: «Ya que éste es tu deseo y no has pedido riquezas ni bienes, ni gloria ni la muerte de tus enemigos, ni tampoco has pedido larga vida, sino que me has pedido la sabiduría y el entendimiento para gobernar a mi pueblo, del cual te he hecho rey, (2 Crónicas 1, 11)
Allí he puesto el Arca, en la cual está la alianza de Yavé, el que pactó su alianza con los hijos de Israel.» (2 Crónicas 6, 11)
y mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, rezando y buscando mi rostro, y se vuelven de sus malos caminos, yo entonces los oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra. (2 Crónicas 7, 14)
Después de ésta tomó a Maacá, hija de Absalón, la cual le dio a Abías, Attay, Ziza y Selonit. (2 Crónicas 11, 20)