Talált 438 Eredmények: comida en el desierto

  • Desde entonces, el sirviente retiraba la comida y el vino y les daba legumbres y agua. (Daniel 1, 16)

  • Su ramaje era hermoso y su fruto abundante, había en él comida para todos, a su sombra se protegían los animales del campo, en sus ramas anidaban los pájaros del cielo y todos los seres vivos se alimentaban de él (Daniel 4, 9)

  • y los sacerdotes de Bel le dijeron: «Nosotros vamos a salir de aquí; tú, rey, manda poner la comida y el vino preparado; luego cierra la puerta y séllala con tu anillo; si mañana por la mañana, cuando vuelvas, encuentras que Bel no se lo ha comido todo, moriremos; en caso contrario, morirá Daniel, que nos ha calumniado. (Daniel 14, 11)

  • En cuanto salieron y el rey mandó poner la comida ante Bel, (Daniel 14, 13)

  • Pero el ángel del Señor dijo a Habacuq: «Lleva la comida que preparaste a Babilonia, para Daniel, que está en el foso de los leones. (Daniel 14, 34)

  • Habacuq gritó: «Daniel, Daniel, toma la comida que te manda Dios.» (Daniel 14, 37)

  • Porque si no, la desvestiré y la dejaré desnuda, y sin nada, como cuando nació; será entonces igual que un desierto, como tierra sin agua, y morirá de sed. (Oseas 2, 5)

  • Por eso ahora la voy a conquistar, la llevaré al desierto y allí le hablaré a su corazón. (Oseas 2, 16)

  • Israel fue para mí como uva silvestre encontrada en el desierto, y sus padres me parecieron como si fueran las primeras brevas; pero no bien habían llegado a Baal-Peor, se vendieron al ídolo y se hicieron tan aborrecibles como el ídolo que amaban. (Oseas 9, 10)

  • Yo te conocí en el desierto, en esa tierra seca. (Oseas 13, 5)

  • Efraím creció más que sus hermanos, pero sobre él pasará el viento del este, el soplo de Yavé subirá del desierto; se secarán sus vertientes y se agotará su manantial; consumirá su tierra y todas sus riquezas. (Oseas 13, 15)

  • El fuego devora delante de él, detrás de él la llama abrasa. Delante de él, un jardín de delicias; detrás de él queda un desierto. No hay nada que se pueda salvar. (Joel 2, 3)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina