Talált 469 Eredmények: ciudades

  • El comienzo de su reino fue Babilonia, y Arac, Acad y Calne, ciudades todas del país de Sinear. (Génesis 10, 10)

  • Abram se estableció en Canaán, y Lot en las ciudades del valle, llevando sus tiendas desde allí hasta Sodoma. (Génesis 13, 12)

  • y que destruyó completamente estas ciudades y toda la llanura con todos sus habitantes y la vegetación.Varias leyendas (Génesis 19, 25)

  • Cuando Dios destruyó las ciudades de la llanura, se acordó de Abrahán y libró a Lot de la catástrofe, mientras arrasaba las ciudades donde Lot había vivido. (Génesis 19, 29)

  • luego levantaron el campamento. Un miedo sobrenatural se apoderó de los habitantes de las ciudades vecinas, de tal manera que nadie se atrevió a perseguirlos. (Génesis 35, 5)

  • Recogerán todos los víveres de estos siete años de abundancia, y almacenarán el grano en las ciudades, donde los guardarán bajo la autoridad de Faraón. (Génesis 41, 35)

  • José juntó todos los víveres producidos en estos años de abundancia e hizo reservas en las ciudades; en cada ciudad almacenó los productos del campo de sus alrededores. (Génesis 41, 48)

  • Les pusieron entonces capataces a los israelitas, para sobrecargarlos con duros trabajos. Edificaron así para Faraón las ciudades de almacenamiento: Pitom y Ramsés. (Exodo 1, 11)

  • En cuanto a las ciudades de los levitas, éstos tendrán siempre derecho de rescate sobre las casas que posean en estas ciudades. (Levítico 25, 32)

  • Aun cuando no se rescate una casa ubicada en una ciudad de los levitas, lo vendido quedará libre en el jubileo; porque las casas de las ciudades de los levitas son su propiedad en medio de los hijos de Israel. (Levítico 25, 33)

  • Tampoco pueden venderse los campos que rodean sus ciudades, pues son su propiedad para siempre. (Levítico 25, 34)

  • traeré sobre ustedes la espada vengadora de mi alianza. Se refugiarán entonces en sus ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de ustedes y serán entregados en manos del enemigo. (Levítico 26, 25)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina