Talált 205 Eredmények: cinco

  • «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es esto para tanta gente?» (Evangelio según San Juan 6, 9)

  • Jesús les dijo: «Hagan que se sienta la gente.» Había mucho pasto en aquel lugar, y se sentaron los hombres en número de unos cinco mil. (Evangelio según San Juan 6, 10)

  • Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos que no se habían comido: eran las sobras de los cinco panes de cebada. (Evangelio según San Juan 6, 13)

  • Habían remado como unos cinco kilómetros cuando vieron a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y se llenaron de espanto. (Evangelio según San Juan 6, 19)

  • Pero muchos de los que habían oído la Palabra creyeron, y su número llegó a unos cinco mil hombres. (Hecho de los Apóstoles 4, 4)

  • Luego José mandó buscar a su padre Jacob con toda su familia, que se componía de setenta y cinco personas. (Hecho de los Apóstoles 7, 14)

  • Nosotros nos embarcamos en Filipos apenas terminaron las fiestas de los Panes Azimos. Cinco días después nos reunimos con ellos en Tróade, donde nos detuvimos siete días. (Hecho de los Apóstoles 20, 6)

  • Cinco días después, el sumo sacerdote Ananías bajó a Cesarea con algunos ancianos y un abogado llamado Tértulo, y presentaron una demanda contra Pablo ante el gobernador. (Hecho de los Apóstoles 24, 1)

  • Pero cuando me encuentro en la asamblea prefiero decir cinco palabras mías que sean entendidas y ayuden a los demás, antes que diez mil en lenguas. (1º Carta a los Corintios 14, 19)

  • Cinco veces fui condenado por los judíos a los treinta y nueve azotes; (2º Carta a los Corintios 11, 24)

  • No podían matarlos, sino únicamente atormentarlos durante cinco meses con un dolor semejante al que produce la picadura del alacrán. (Apocalipsis 9, 5)

  • Tienen colas como de alacranes, y en las colas aguijones para torturar durante cinco meses a los hombres. (Apocalipsis 9, 10)


“O passado não conta mais para o Senhor. O que conta é o presente e estar atento e pronto para reparar o que foi feito.” São Padre Pio de Pietrelcina