Talált 120 Eredmények: caballo rojo

  • Los hizo pasar el Mar Rojo: ¡atravesaron las inmensas aguas! (Sabiduría 10, 18)

  • a no ser que represente a un vulgar animal. Lo pinta de rojo, habiendo antes recubierto con pasta todos los defectos. (Sabiduría 13, 14)

  • Se vio a una nube que cubría el campamento con su sombra y que aparecía la tierra seca en medio del agua; se abrió en el Mar Rojo un paso seguro, una verde llanura reemplazó a las olas impetuosas, (Sabiduría 19, 7)

  • Un caballo chúcaro no se puede montar, un hijo dejado a sus caprichos se vuelve insolente. (Sirácides (Eclesiástico) 30, 8)

  • Aquel día, en lugar de perfumes habrá podredumbre; en lugar de cinturón, una cuerda; en lugar de cabello trenzado, cabeza rapada; en lugar de vestidos lujosos, un saco; en vez de un diestro maquillaje, una marca con un hierro al rojo. (Isaías 3, 24)

  • Elam toma su caja de flechas, Aram monta a caballo y Quir saca su escudo. (Isaías 22, 6)

  • Pero ustedes no lo han aceptado y han dicho: «¡Mejor huiremos a caballo!» ¡Pues bien, huyan no más! Y han añadido: «En rápidos carros.» -¡Muy bien, sus perseguidores seran todavía más rápidos! (Isaías 30, 16)

  • ¿Quién es ese que viene de Edom, que llega de Bosrá, vestido de rojo? ¿Quién es ese del vestido esplendoroso, y de andar majestuoso? «Soy yo que hablo de justicia y soy poderoso para salvar.» (Isaías 63, 1)

  • ¿Por qué es rojo tu vestido, y tu ropa manchada como la del que pisa en el lagar? (Isaías 63, 2)

  • que los hizo caminar por el fondo del mar como un caballo por la pradera, y sin que se tropezaran, (Isaías 63, 13)

  • y de todos los pueblos traerán a todos tus hermanos dispersos como una ofrenda a Yavé, a caballo, en carro, en carretas, a lomo de mula o de camello. Me los traerán a mi cerro santo en Jerusalén, igual que los hijos de Israel me traen sus regalos para el templo de Yavé en vasos puros. (Isaías 66, 20)

  • Llevan arcos y espadas, son crueles e inhumanos; avanzan como las olas del mar rugiente, montados a caballo, ordenados como un solo hombre para atacarte, hija de Sión.» (Jeremías 6, 23)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina