Talált 214 Eredmények: bendición de isaac

  • "Los hombres que salieron de Egipto, los de veinte años para arriba, no verán la tierra que prometí a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no han sido fieles. (Números 32, 11)

  • Miren: ésta es la tierra que les he reservado; vayan y tomen posesión de la tierra que Yavé juró dar a sus padres, Abrahán, Isaac y Jacob y a todos sus descendientes. (Deuteronomio 1, 8)

  • Y cuando Yavé te haya llevado a la tierra que juró darte, -pues se lo dijo a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob- con ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste, (Deuteronomio 6, 10)

  • No por tus méritos ni porque seas bueno conquistarás su tierra, sino que Yavé se la quita porque ellos han obrado mal, y también para cumplir lo que prometió con juramento a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob. (Deuteronomio 9, 5)

  • Acuérdate de tus siervos Abrahán, Isaac y Jacob y olvida que este pueblo es pesado, malo y pecador. (Deuteronomio 9, 27)

  • Miren que en este día yo pongo delante de ustedes la bendición y la maldición. (Deuteronomio 11, 26)

  • Bendición, si obedecen los mandamientos de Yavé que yo les prescribo hoy; (Deuteronomio 11, 27)

  • Cuando Yavé, Dios de ustedes, los haya introducido en la tierra que van a conquistar, pondrán la bendición sobre el monte Garizim, y la maldición sobre el monte Ebal. (Deuteronomio 11, 29)

  • Allí comerán en presencia de Yavé y se alegrarán junto con sus familias, disfrutando de todo lo que hayan cosechado por la bendición de Yavé. (Deuteronomio 12, 7)

  • sino que cada uno ofrecerá en proporción a lo que tenga, según la bendición que Yavé le haya otorgado. (Deuteronomio 16, 17)

  • Estarán presentes los sacerdotes, hijos de Leví, pues fueron elegidos por Yavé para que le sirvan y den la bendición en su nombre, y son ellos los que deciden todo litigio o asunto criminal. (Deuteronomio 21, 5)

  • Pero Yavé, tu Dios, no escuchó a Balaam y cambió la maldición por bendición, porque Yavé te ama. (Deuteronomio 23, 6)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina