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• Sométanse a toda autoridad humana por causa del Señor: al rey, porque tiene el mando; (1º Carta de Pedro 2, 13)

• El cargó con nuestros pecados en el madero de la cruz, para que, muertos a nuestros pecados, empezáramos una vida santa. Y por su suplicio han sido sanados. (1º Carta de Pedro 2, 24)

• Igualmente ustedes, mujeres, obedezcan a sus maridos. Si alguno de ellos se opone a la Palabra, será ganado por la conducta de sus mujeres mejor que por discursos, (1º Carta de Pedro 3, 1)

• Por lo cual, entreguen lo que les queda de esta vida, no ya a las pasiones humanas, sino a la voluntad de Dios. (1º Carta de Pedro 4, 2)

• Apacienten el rebaño de Dios, cada cual en su lugar; cuídenlo no de mala gana, sino con gusto, a la manera de Dios; no piensen en ganancias, sino háganlo con entrega generosa; (1º Carta de Pedro 5, 2)

• A consecuencia de esto creemos más firmemente en el mensaje de los profetas, y deben tenerlo como una lámpara que luce en un lugar oscuro, hasta que se levante el día y el lucero de la mañana brille en sus corazones. (2º Carta de Pedro 1, 19)

• pues ninguna profecía ha venido por iniciativa humana, sino que los hombres de Dios han hablado, movidos por el Espíritu Santo. (2º Carta de Pedro 1, 21)

• Abandonaron el camino recto y tomaron el camino de Balaán, hijo de Bosor, al que le gustaba ganar dinero haciendo el mal. (2º Carta de Pedro 2, 15)

• Pero ustedes saben quién lo reprendió por su torpeza: su burra empezó a hablar con voz humana y detuvo al profeta en su locura. (2º Carta de Pedro 2, 16)

• Esta es ya, queridos, la segunda carta que les escribo. En ambas he intentado recordarles la sana doctrina. (2º Carta de Pedro 3, 1)

• Si decimos que no tenemos pecado, nos estamos engañando a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. (1º Carta de Juan 1, 8)

• Te saludan los hijos de tu hermana Elegida. (2º Carta de Juan 1, 13)