Talált 226 Eredmények: acción de gracias
El fariseo, puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: «Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos, adúlteros, o como ese publicano. (Evangelio según San Lucas 18, 11)
Jesús recibió una copa, dio gracias y les dijo: «Tomen esto y repártanlo entre ustedes, (Evangelio según San Lucas 22, 17)
Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. (Hagan esto en memoria mía.» (Evangelio según San Lucas 22, 19)
Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él. (Evangelio según San Juan 3, 17)
Entonces Jesús tomó los panes, dio las gracias y los repartió entre los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, y todos recibieron cuanto quisieron. (Evangelio según San Juan 6, 11)
Y quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: «Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado. (Evangelio según San Juan 11, 41)
Ustedes ya están limpios gracias a la palabra que les he anunciado, (Evangelio según San Juan 15, 3)
«Excelentísimo Félix, gozamos de gran paz gracias a ti y las reformas que supiste promover para bien de esta nación. Todo esto lo reconocemos de mil maneras y en cualquier lugar, y te estamos plenamente agradecidos. (Hecho de los Apóstoles 24, 3)
Dicho esto tomó pan, dio gracias a Dios delante de todos, lo partió y se puso a comer. (Hecho de los Apóstoles 27, 35)
Allí los hermanos salieron a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas, pues ya tenían noticia de nuestra llegada. Pablo al verlos dio gracias a Dios y se llenó de ánimo. (Hecho de los Apóstoles 28, 15)
Ante todo doy gracias a mi Dios, por medio de Cristo Jesús, por todos ustedes, pues su fe es alabada en el mundo entero. (Carta a los Romanos 1, 8)
Lo que es y que no podemos ver ha pasado a ser visible gracias a la creación del universo, y por sus obras captamos algo de su eternidad, de su poder y de su divinidad. De modo que no tienen disculpa. (Carta a los Romanos 1, 20)