Talált 124 Eredmények: Vestidos
gobernadores y funcionarios vestidos de púrpura, jóvenes y bien apuestos en sus caballos. (Ezequiel 23, 6)
También ella ardía de pasión por sus vecinos Asirios, esos gobernadores y jefes que andaban ricamente vestidos, jóvenes y bien apuestos en sus caballos. (Ezequiel 23, 12)
Te despojarán de tus vestidos y te quitarán tus joyas; (Ezequiel 23, 26)
Haré que te pongas en marcha con todo tu ejército, tus caballos y tus caballeros, todos vestidos magníficamente, tus numerosas tropas armadas con espadas, lanzas y escudos. (Ezequiel 38, 4)
Rasguen su corazón, y no sus vestidos, y vuelvan a Yavé su Dios, porque él es bondadoso y compasivo; le cuesta enojarse, y grande es su misericordia; envía la desgracia, pero luego perdona. (Joel 2, 13)
Sus valientes llevan el escudo rojo, sus guerreros están vestidos de púrpura. Los carros alistados brillan como antorchas y sus hombres llevan el casco. (Nahún 2, 4)
Nada de provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento. (Evangelio según San Mateo 10, 10)
«¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubiesen hecho los milagros que se han realizado en ustedes, seguramente se habrían arrepentido, poniéndose vestidos de penitencia y cubriéndose de ceniza. (Evangelio según San Mateo 11, 21)
Le quitaron sus vestidos y le pusieron una capa de soldado de color rojo. (Evangelio según San Mateo 27, 28)
¡Pobre de ti, Corazaín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se han hecho en ustedes se hubieran realizado en Tiro y Sidón, hace mucho tiempo que sus habitantes habrían hecho penitencia, poniéndose vestidos de penitencia, y se habrían sentado en la ceniza. (Evangelio según San Lucas 10, 13)
Después de clavar a Jesús en la cruz, los soldados tomaron sus vestidos y los dividieron en cuatro partes, una para cada uno de ellos. En cuanto a la túnica, tejida de una sola pieza de arriba abajo sin costura alguna, se dijeron: (Evangelio según San Juan 19, 23)
y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies. (Evangelio según San Juan 20, 12)