Talált 202 Eredmények: Tiendas del Encuentro

  • Al saber que Jesús había vuelto de Judea a Galilea, salió a su encuentro para pedirle que fuera a sanar a su hijo, que se estaba muriendo. (Evangelio según San Juan 4, 47)

  • Se acercaba la fiesta de los judíos llamada de Tiendas. (Evangelio según San Juan 7, 2)

  • Apenas Marta supo que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María permanecía en casa. (Evangelio según San Juan 11, 20)

  • Entonces tomaron ramas de palmera y salieron a su encuentro gritando: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Rey de Israel!» (Evangelio según San Juan 12, 13)

  • y muchos otros vineron a su encuentro a causa de la noticia de este milagro. (Evangelio según San Juan 12, 18)

  • Pilato dijo: «¿Y qué es la verdad?» Dicho esto, salió de nuevo donde estaban los judíos y les dijo: «Yo no encuentro ningún motivo para condenar a este hombre. (Evangelio según San Juan 18, 38)

  • Pilato volvió a salir y les dijo: «Miren, se lo traigo de nuevo fuera; sepan que no encuentro ningún delito en él.» (Evangelio según San Juan 19, 4)

  • Al verlo, los jefes de los sacerdotes y los guardias del Templo comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!» Pilato contestó: «Tómenlo ustedes y crucifíquenlo, pues yo no encuentro motivo para condenarlo.» (Evangelio según San Juan 19, 6)

  • Cuando Pedro estaba para entrar, Cornelio le salió al encuentro, se arrodilló y se inclinó ante él. (Hecho de los Apóstoles 10, 25)

  • Mientras íbamos un día al lugar de oración, salió a nuestro encuentro una muchacha esclava que estaba poseída por un espíritu adivino. Adivinando la suerte producía mucha plata a sus amos. (Hecho de los Apóstoles 16, 16)

  • pues eran del mismo oficio y se dedicaban a fabricar tiendas. Y se quedó a vivir y a trabajar con ellos. (Hecho de los Apóstoles 18, 3)

  • Llevábamos allí algunos días, cuando nos salió al encuentro un profeta de Judea, llamado Agabo. (Hecho de los Apóstoles 21, 10)


“Quanto mais se caminha na vida espiritual, mais se sente a paz que se apossa de nós.” São Padre Pio de Pietrelcina