Talált 173 Eredmények: Sión
¿Qué responderán, entonces, a los embajadores de esa nación? «Que Yavé ha fundado a Sión y en ella se refugiarán los pobres de su pueblo.» (Isaías 14, 32)
«Desde Sela que está en el desierto, lléven corderos al monte de la hija de Sión al soberano del país.» (Isaías 16, 1)
En ese tiempo, el pueblo de gente alta y morena, ese pueblo siempre respetado, la nación vigorosa cuyo territorio está surcado por ríos, le llevará regalos a Yavé de los Ejércitos al lugar de su Nombre, al cerro de Sión. (Isaías 18, 7)
La luna se pondrá colorada, el sol no sabrá dónde escondersese avergonzará, cuando Yavé de los Ejércitos sea rey sobre el cerro de Sión, en Jerusalén, y aparezca su Gloria ante sus Ancianos. (Isaías 24, 23)
En vista de todo esto, el Señor Yavé les dice: Yomismo voy a colocar una piedra en Sión, una piedra escogida, una piedra angular,de gran valor y firme: «El que se apoye en ella, no se moverá.» (Isaías 28, 16)
Les sucederá como al hambriento que come en sueños y que se despierta con el estómago vacío; o como al sediento que sueña que bebe, pero se despierta con la garganta seca. Así les pasará a todas las naciones, a los que hayan venido para atacar a Sión. (Isaías 29, 8)
Sí, pueblo de Sión, que vives en Jerusalén, ya no llorarás más. El se compadecerá de ti al sentir tus lamentos, lo llamarás y te atenderá. (Isaías 30, 19)
Así me ha dicho Yavé: «Cuando un león o su cachorro ruge sobre su presa y la defiende, por más que se junten los pastores y den voces, no les tiene miedo a sus gritos y su número no lo asusta. Así sucederá cuandoYavé de los Ejércitos baje a pelear sobre el cerro de Sión. (Isaías 31, 4)
Les entrará tanto miedo que huirán sin que nadie los detenga, y sus jefes, espantados, dejarán tirado el estandarte. Esta es palabra de Yavé, cuyo fuego arde en Sión y su horno está en Jerusalén. (Isaías 31, 9)
Grande es Yavé, pues mora en las alturas, él llena a Sión de justicia y de derecho. (Isaías 33, 5)
En Sión, los pecadores se han espantado y los impíos han sido presa del pánico: «¿Quién de nosotros podrá resistir ese fuego devorador, quién convivirá con llamas que nunca se apagan? (Isaías 33, 14)
Contempla a Sión, la ciudad de nuestras fiestas, y que vean tus ojos a Jerusalén, la morada segura, la tienda que nunca se moverá. Sus estacas no cederán y no se romperá ninguna de sus cuerdas. (Isaías 33, 20)