Talált 425 Eredmények: Segundo Libro de Samuel

  • Samuel dijo entonces a todos los hombres de Israel: «Vuelva cada uno a su ciudad.» (1 Samuel 8, 22)

  • Subieron, pues, a la ciudad. Entraban por la puerta cuando Samuel salía para subir al santuario. (1 Samuel 9, 14)

  • Ahora bien, la víspera de la venida de Saúl, Yavé había hecho esta revelación a Samuel: (1 Samuel 9, 15)

  • Cuando Samuel vio a Saúl, Yavé le indicó: «Este es el hombre del que te he hablado; él gobernará a mi pueblo.» (1 Samuel 9, 17)

  • Saúl se acercó a Samuel (estaban en la puerta de la ciudad) y le dijo: «Indícame, por favor, dónde está la casa del vidente.» (1 Samuel 9, 18)

  • Samuel respondió a Saúl: «Yo soy el vidente. Sube delante de mí al santuario. Hoy comerás conmigo. Mañana te despediré y te contestaré todas tus preguntas. (1 Samuel 9, 19)

  • No te preocupes por las burras que perdiste hace tres días, porque ya las hallaron.» Samuel agregó: «¿Para quién serán los primeros puestos en Israel? ¿No serán para ti y la familia de tu padre?» (1 Samuel 9, 20)

  • Samuel tomó a Saúl y a su muchacho, los invitó a entrar en la sala y los hizo sentarse en la cabecera de la mesa, donde había treinta personas. (1 Samuel 9, 22)

  • Después Samuel dijo al cocinero: «Sirve la presa que yo te dije que la pusieras aparte.» (1 Samuel 9, 23)

  • El cocinero tomó el pernil con la cola y lo puso delante de Saúl, diciéndole: «Esto fue especialmente reservado para ti; sírvetelo.» Aquel día Saúl comió con Samuel. (1 Samuel 9, 24)

  • Cuando amaneció, Samuel llamó a Saúl y le dijo: «Levántate, que voy a despedirte.» Se levantó Saúl y salieron los dos fuera. (1 Samuel 9, 26)

  • Habían bajado hasta las afueras de la ciudad cuando Samuel dijo a Saúl: «Dile a tu muchacho que siga caminando; tú, en cambio, detente aquí, pues tengo que comunicarte un recado de parte de Dios.» (1 Samuel 9, 27)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina