Talált 60 Eredmények: Seguir

  • Si el justo cayó siete veces, se levantará otras tantas, mientras que los malvados caerán para seguir en su desgracia. (Proverbios 24, 16)

  • Acércate a ella con toda tu alma, y pon todo tu empeño en seguir sus caminos. (Sirácides (Eclesiástico) 6, 26)

  • Ten cuidado con seguir a una mujer seductora; no te hagas ilusiones: solo quiere ganarte. (Sirácides (Eclesiástico) 26, 11)

  • Podríamos seguir, pero no terminaríamos: en una palabra, ¡El es Todo! (Sirácides (Eclesiástico) 43, 27)

  • Así sabrán todos los hijos de Israel que es bueno seguir al Señor. (Sirácides (Eclesiástico) 46, 10)

  • Cuando tengan que tomar el camino ya sea a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán sus palabras resonar detrás de ti: «Este es el camino que deben seguir». (Isaías 30, 21)

  • ¿Quién permitió que asaltaran a Jacob, o le robaran a Israel? ¿No fue Yavé, contra quien pecamos? Pues no quisieron seguir sus caminos y despreciaron sus mandamientos. (Isaías 42, 24)

  • Así dice Yavé, el que te rescata, el Santo de Israel: «Yo soy tu Dios y te enseño lo que te es provechoso, indicándote el camino que debes seguir. (Isaías 48, 17)

  • Corría tras las ganancias injustas; me enojé por un momento,le pegué y en mi enojo le escondí mi cara. Pues él, rebelde, no hacía más que seguir las indicaciones de su corazón, (Isaías 57, 17)

  • Ahora bien se sacrifica a un buey y al mismo tiempo se mata a un hombre; se degüella un cordero pero también se desnuca un perro. Se presenta como ofrenda sangre de cerdo y, si queman incienso, lo queman ante los ídolos. Así como se deleitan en seguir sus caminos, y sus almas quedan felices con sus sucios ídolos, (Isaías 66, 3)

  • Entonces llamarán a Jerusalén «el trono de Yavé» y a su alrededor se juntarán todas las naciones, sin seguir más la dureza de sus malos corazones. (Jeremías 3, 17)

  • «Limpia tu corazón del mal, Jerusalén, para que puedas salvarte. ¿O acaso piensas seguir con tus perversos pensamientos?» (Jeremías 4, 14)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina