Talált 56 Eredmények: Josías

  • Lo demás referente a Josías y lo que hizo está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 23, 28)

  • En esos días pasó el faraón Necao, que iba a juntarse con el rey de Asur. El rey Josías salió a su encuentro, pero Necao lo mató en Meguido, en cuanto lo vio. (2 Reyes 23, 29)

  • Sus servidores trasladaron en carro su cadáver desde Meguido hasta Jerusalén y lo sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo tomó a Joacaz, hijo de Josías, para ungirlo y hacerlo rey en lugar de su padre. (2 Reyes 23, 30)

  • Y puso por rey a otro hijo de Josías, Elyaquim, como sucesor de su padre, y le cambió el nombre en Joaquim. En cuanto a Joacaz, lo tomó y lo llevó a Egipto, donde murió. (2 Reyes 23, 34)

  • éste de Amón, éste de Josías. (1 Crónicas 3, 14)

  • Hijos de Josías: Yojanán, el primogénito; Joaquim, el segundo; Sedecías, el tercero; Salum, el cuarto. (1 Crónicas 3, 15)

  • Josías, de los hijos de Merarí, tuvo como hijos a Simrí, que hizo de primero porque, después de perder a su primogénito, su padre lo puso al frente, (1 Crónicas 26, 10)

  • Pero el pueblo mató a todos los conspiradores y proclamó rey en su lugar a su hijo Josías. (2 Crónicas 33, 25)

  • Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. (2 Crónicas 34, 1)

  • Josías hizo desaparecer todas las abominaciones de las provincias en que vivían los hijos de Israel y obligó a todos los que se encontraban en Jerusalén a servir a Yavé, su Dios. Y mientras él vivió no se apartaron más de Yavé, el Dios de sus padres. (2 Crónicas 34, 33)

  • Josías celebró una Pascua en honor de Yavé en Jerusalén; inmolaron la Pascua el día catorce del primer mes. (2 Crónicas 35, 1)

  • Josías reservó para la gente del pueblo corderos y cabritos en número de treinta mil, todos ellos como víctimas pascuales, para cuantos se hallaban presentes, y tres mil bueyes. Todo ello de la hacienda del rey. (2 Crónicas 35, 7)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina