Talált 785 Eredmények: José en Egipto

  • Ella vio que José se había corrido, pero que ella tenía en manos su ropa; (Génesis 39, 13)

  • La mujer depositó la ropa a su lado, hasta que el patrón de José llegó a casa, (Génesis 39, 16)

  • Tomó preso a José y lo metió en la cárcel donde estaban encarcelados los prisioneros del rey. Y José quedó encarcelado. (Génesis 39, 20)

  • Este le confió el cuidado de todos los que estaban en la prisión, y todo lo que se hacía en la prisión, José lo dirigía. (Génesis 39, 22)

  • El jefe de la cárcel no controlaba absolutamente nada de cuanto administraba José, pues decía: «Yavé está con él y hace que le vaya bien en todo». (Génesis 39, 23)

  • Sucedió tiempo después, que dos funcionarios, el que preparaba las bebidas para el rey de Egipto, y el panadero principal, cometieron algunas faltas contra su señor el rey de Egipto. (Génesis 40, 1)

  • y los entregó en custodia al capitán de la guardia en la misma cárcel en que estaba José. (Génesis 40, 3)

  • El capitán de la guardia encargó a José que los atendiera, y quedaron algún tiempo arrestados. (Génesis 40, 4)

  • Una noche, tanto el que preparaba las bebidas, como el panadero principal del rey de Egipto, tuvieron ambos un sueño en la prisión, y cada sueño requería una interpretación. , Cuando José los vino a ver por la mañana, se dio cuenta de que estaban muy preocupados. (Génesis 40, 5)

  • Y le contestaron: «Los dos hemos tenido un sueño y nos falta quien lo interprete.» José les dijo: «¿No es Dios quien da el interpretar los sueños? Vamos, cuéntenme lo que soñaron.» (Génesis 40, 8)

  • El que preparaba la bebida del rey contó primero su sueño a José así: "En mi sueño había frente a mí una parra, (Génesis 40, 9)

  • José le dijo: «Esto es lo que quiere decir tu sueño. Los tres sarmientos significan tres días. (Génesis 40, 12)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina