Talált 46 Eredmények: Holofernes

  • Apenas terminó el consejo, Nabucodonosor llamó a Holofernes, jefe supremo del ejército, que le seguía en el mando, y le dijo: (Judit 2, 4)

  • Holofernes salió para convocar a los generales, jefes y capitanes del ejército asirio. (Judit 2, 14)

  • Salió, pues, Holofernes con su ejército delante del rey Nabucodonosor para cubrir toda la tierra de occidente con sus carros, sus caballos y sus infantes. (Judit 2, 19)

  • Todos éstos enviaron a Holofernes mensajeros para decirle en son de paz: (Judit 3, 1)

  • Aquellos hombres se presentaron ante Holofernes y le transmitieron estas palabras. (Judit 3, 5)

  • Holofernes, entonces, bajó con su ejército al litoral, dejando guarniciones en las ciudades fortificadas, de donde tomó los mejores hombres en calidad de tropas auxiliares. (Judit 3, 6)

  • Cuando los israelitas del territorio de Judá supieron que Holofernes, jefe supremo del ejército de Nabucodonosor, rey de Asiria, había despojado a los pueblos vecinos y destruido sus santuarios, (Judit 4, 1)

  • Holofernes, jefe supremo del ejército asirio, supo que los israelitas se preparaban para la guerra, que habían cerrado los pasos de las montañas, fortificando las cimas de los montes y obstaculizando las llanuras. (Judit 5, 1)

  • Cuando Ajior terminó de hablar, el pueblo reunido en torno a la tienda comenzó a criticar. Los magnates de Holofernes y los habitantes de la costa de Moab hablaron de apalearlo. (Judit 5, 22)

  • Subamos, señor Holofernes, que serán un botín para tu ejército.» (Judit 5, 24)

  • Calmado el alboroto de la asamblea, Holofernes, jefe supremo del ejército de Asiria, dijo a Ajior y a los moabitas delante de los pueblos extranjeros: (Judit 6, 1)

  • Holofernes mandó a los hombres de su tienda que tomaran a Ajior, lo llevaran a Betulia y lo entregaran a los israelitas. (Judit 6, 10)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina