Talált 317 Eredmények: Habitantes

  • sino que has andado por los caminos de los reyes de Israel, y has prostituido a Judá y a los habitantes de Jerusalén siguiendo las prostituciones de la familia de Ajab; también has dado muerte a tus hermanos de la familia de tu padre que eran mejores que tú. (2 Crónicas 21, 13)

  • Los habitantes de Jerusalén proclamaron rey en su lugar a su hijo menor Ocozías, porque una banda de árabes que había invadido el campamento dio muerte a todos los mayores; así llegó a ser rey Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá. (2 Crónicas 22, 1)

  • Así salvó Yavé a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de la mano de Senaquerib, rey de Asur, y de la mano de todos sus enemigos, y les dio paz por todos lados. (2 Crónicas 32, 22)

  • Mas, después de haberse puesto orgulloso, se humilló Ezequías, él y los habitantes de Jerusalén; y por eso no estalló contra ellos la cólera de Yavé en los días de Ezequías. (2 Crónicas 32, 26)

  • Murió y lo sepultaron en la subida de los sepulcros de los hijos de David; y todo Judá y los habitantes de Jerusalén le rindieron honores a su muerte. En su lugar reinó su hijo Manasés. (2 Crónicas 32, 33)

  • Manasés desvió a Judá y a los habitantes de Jerusalén para que hicieran mayores males que las naciones que Yavé había exterminado delante de los hijos de Israel. (2 Crónicas 33, 9)

  • Fueron, pues, donde el sumo sacerdote Helquías y le entregaron el dinero traído a la Casa de Dios, es decir, todo lo que los levitas y porteros habían recibido de Manasés y de Efraím y de todo el resto de Israel, de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Jerusalén. (2 Crónicas 34, 9)

  • Así habla Yavé: Voy a traer la desgracia sobre este lugar y sobre sus habitantes, conforme a todas las maldiciones escritas en el libro que se ha leído delante del rey de Judá. (2 Crónicas 34, 24)

  • Tu corazón se ha conmovido y te has humillado delante de Dios al oír mis palabras contra este lugar y sus habitantes; te has humillado ante mí, has rasgado tus vestidos y has llorado ante mí; por eso yo, a mi vez, he oído, palabra de Yavé. (2 Crónicas 34, 27)

  • Voy a reunirte con tus padres y serás recibido en paz en tu sepulcro; y no verán tus ojos ninguno de los males que voy a traer sobre este lugar y sus habitantes.» (2 Crónicas 34, 28)

  • Subió el rey a la Casa de Yavé con todos los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes y los levitas, y todo el pueblo desde el mayor hasta el menor, y leyó a sus oídos todas las palabras del Libro de la Alianza que había sido encontrado en la Casa de Yavé. (2 Crónicas 34, 30)

  • Hizo que se adhirieran a la Alianza cuantos se hallaban en Jerusalén y en Benjamín, y los habitantes de Jerusalén tuvieron que actuar de acuerdo con la Alianza de Dios, el Dios de sus padres. (2 Crónicas 34, 32)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina