Talált 4128 Eredmények: Dios escucha nuestras oraciones

  • Escribe al ángel de la Iglesia de Laodicea: Así habla el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios. (Apocalipsis 3, 14)

  • Mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno escucha mi voz y me abre, entraré en su casa y comeré con él y él conmigo. (Apocalipsis 3, 20)

  • Del trono salen relámpagos, voces y truenos. Ante el trono arden siete antorchas, que son los siete espíritus de Dios. (Apocalipsis 4, 5)

  • Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tiene seis alas llenas de ojos alrededor y por dentro, y no cesan de repetir día y noche: Santo, santo, santo, es el Señor Dios, el Todopoderoso, Aquel que era, que es y que viene. (Apocalipsis 4, 8)

  • Vuelvan a ti, Señor y Dios nuestro, la gloria, el honor y el poder, pues tú lo mereces. Tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. (Apocalipsis 4, 11)

  • Entonces vi esto: entre el trono con sus cuatro Seres Vivientes y los veinticuatro ancianos un Cordero estaba de pie, a pesar de haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra. (Apocalipsis 5, 6)

  • Cuando lo tomó, los cuatro Seres Vivientes se postraron ante el Cordero. Lo mismo hicieron los veinticuatro ancianos que tenían en sus manos arpas y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos. (Apocalipsis 5, 8)

  • Y cantaban este cántico nuevo: Eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación. (Apocalipsis 5, 9)

  • Los hiciste reino y sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra. (Apocalipsis 5, 10)

  • Cuando abrió el quinto sello, divisé debajo del altar las almas de los que fueron degollados a causa de la palabra de Dios y del testimonio que les correspondía dar. (Apocalipsis 6, 9)

  • Luego vi a otro ángel que subía desde el oriente y llevaba el sello del Dios vivo. Gritó con voz poderosa a los cuatro ángeles autorizados para causar daño a la tierra y al mar: (Apocalipsis 7, 2)

  • «No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios.» (Apocalipsis 7, 3)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina