Talált 423 Eredmények: Arca de la Alianza

  • Reconoce, pues, que Yavé, tu Dios, es «el» Dios. Es el Dios fiel, que guarda su Alianza y su misericordia hasta mil generaciones a los que lo aman y cumplen sus mandamientos, (Deuteronomio 7, 9)

  • Si te fijas en estas normas, las guardas y las practicas, Yavé te mantendrá la alianza y la benevolencia que prometió a tus padres. (Deuteronomio 7, 12)

  • Más bien acuérdate de Yavé, tu Dios, que te dio fuerzas para conseguir este bienestar, cumpliendo así la alianza que bajo juramento prometió a tus padres, como en este día sucede. (Deuteronomio 8, 18)

  • Yo había subido al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas de la Alianza que Yavé había pactado con ustedes, permaneciendo en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber. (Deuteronomio 9, 9)

  • Y Yavé me dio las dos tablas de piedra, las tablas de la Alianza, al terminarse los cuarenta días y las cuarenta noches. (Deuteronomio 9, 11)

  • Bajé, pues, de la cumbre ardiente, teniendo en mis manos las dos tablas de la Alianza, (Deuteronomio 9, 15)

  • En ese tiempo Yavé me dijo: «Labra dos tablas de piedra semejantes a las primeras y sube hacia mí en el monte; harás también un Arca de madera. (Deuteronomio 10, 1)

  • Yo escribiré en las tablas las palabras que había en las primeras que rompiste y las pondrás en el Arca.» (Deuteronomio 10, 2)

  • Hice, pues, un arca de madera de acacia, labré dos tablas de piedra como las primeras y subí al cerro llevándolas. (Deuteronomio 10, 3)

  • A la vuelta, bajando del monte, puse las tablas en el Arca que había hecho , y quedaron allí como me lo mandó Yavé. (Deuteronomio 10, 5)

  • Fue entonces cuando Yavé puso aparte la tribu de Leví para que llevaran el Arca de la Alianza, para que fueran sus servidores y sus adoradores, y para que bendijeran invocando su nombre, como lo hacen hasta el día de hoy. (Deuteronomio 10, 8)

  • Si, en medio de ti, en alguna de las ciudades que Yavé te dará, un hombre o una mujer hacen lo que desagrada a Yavé, hasta quebrantar su alianza, (Deuteronomio 17, 2)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina