Talált 202 Eredmények: Acaso

  • ¿Voy a tomar acaso mi pan, mi vino y las reses que he sacrificado para los esquiladores y se las voy a dar a unos hombres que no sé de dónde son?» (1 Samuel 25, 11)

  • ¿Acaso no lo conoces? Seguro que vino a engañarte, a conocer tus planes y saber todo lo que haces.» (2 Samuel 3, 25)

  • Mientras he caminado entre los israelitas, ¿me he quejado acaso a quienes ordené guiar a mi pueblo? ¿Les pedí acaso que me edificaran una casa cubierta de cedro? (2 Samuel 7, 7)

  • El le preguntó: «¿Todo esto no es acaso una maquinación de Joab?» Ella respondió: «Por tu vida, señor, mi rey, que es tal como tú dices. Efectivamente, fue tu servidor quien me mandó y quien me dijo lo que debía decirte. (2 Samuel 14, 19)

  • Entonces intervino Abisaí, hijo de Sarvia, diciendo: «¿Acaso Semeí no merece la muerte por haber maldecido al ungido de Yavé?» (2 Samuel 19, 22)

  • ¿Acaso no me doy cuenta que hoy vuelvo a ser rey de Israel?» Y dijo a Semeí: «No morirás.» Y el rey se lo juró. (2 Samuel 19, 24)

  • Al oír esto, los hombres de Judá les respondieron: «Lo hacemos porque el rey es nuestro pariente. ¿Qué sacan con enojarse por eso? ¿Acaso vivimos a costa del rey o nos ha hecho algún regalo especial?» (2 Samuel 19, 43)

  • El rey mandó llamar a Semeí y le dijo: «¿Acaso no te hice jurar por Yavé y te advertí: el día que salgas a alguna parte, ten por seguro que morirás? (1 Reyes 2, 42)

  • Respondió Abdías: «¿Qué pecado he hecho para que me entregues en manos de Ajab? ¿Acaso quieres mi muerte? (1 Reyes 18, 9)

  • ¿Acaso nadie te ha hecho saber lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas de Yavé, y cómo oculté a cien de ellos en dos cuevas, cincuenta en cada una, y los alimenté con pan y agua? (1 Reyes 18, 13)

  • Eliseo dijo al rey de Israel: «¿Qué tengo que ver yo contigo? Vete a los profetas de tu padre y a los de tu madre.» Pues el rey de Israel le preguntaba: «¿Acaso Yavé nos ha reunido a los tres para entregarnos en manos de Moab?» (2 Reyes 3, 13)

  • Ella dijo: «¿Acaso te había pedido un hijo? ¿Por qué me has engañado?» (2 Reyes 4, 28)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina