Talált 218 Eredmények: �mira
Todos los ancianos dirigentes de las tribus de Israel vinieron a hablar con David, en Hebrón, y le dijeron: «Mira que somos sangre de tu sangre. (2 Samuel 5, 1)
«Mira, tu causa es buena y justa, pero no habrá nadie que te escuche de parte del rey.» (2 Samuel 15, 3)
Elías tomó al niño, lo bajó de su habitación y lo entregó a su madre diciendo: «Mira, tu hijo vive.» (1 Reyes 17, 23)
Dijo a su muchacho: «Sube y mira para el mar.» Este fue a mirar, y dijo: «No veo nada.» Elías ordenó: «Vuelve hasta siete veces.» (1 Reyes 18, 43)
El funcionario que había ido a buscar a Miqueas le habló así: «Mira que todos los profetas están de acuerdo en que al rey le irá bien. Procura hablar como ellos y anuncia algo bueno.» (1 Reyes 22, 13)
La dama dijo entonces a su marido: «Mira, este hombre que siempre pasa por nuestra casa es un santo varón de Dios. (2 Reyes 4, 9)
Los hermanos profetas dijeron a Eliseo: «Mira, el lugar donde estamos reunidos se nos hace estrecho. (2 Reyes 6, 1)
Abre, Yavé, tus ojos y mira. Mira, Yavé, las palabras de Senaquerib con que manda a insultar al Dios vivo. (2 Reyes 19, 16)
Cuando David ya estuvo en su casa, dijo al profeta Natán: «Mira que yo vivo en una casa de madera de cedro mientras el Arca de la Alianza de Yavé está bajo pieles.» (1 Crónicas 17, 1)
Mira que te nacerá un hijo que será hombre de paz; le concederé paz con todos sus enemigos en derredor, porque Salomón será su nombre, y durante su vida concederé paz y tranquilidad a Israel. (1 Crónicas 22, 9)
Mira lo que yo he preparado con mucha dificultad para la Casa de Yavé: cien mil talentos de oro, un millón de talentos de plata. En cuanto al bronce y al hierro, hay tanto que no se puede contar. He preparado también maderas y piedras que tú podrás aumentar. (1 Crónicas 22, 14)
Mira ahora que Yavé te ha elegido para edificar una Casa que sea su santuario. Sé fuerte y manos a la obra.» (1 Crónicas 28, 10)