31. Ofreció una fuente de plata de ciento treinta siclos de peso, un platillo de plata de setenta siclos de peso, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la oblación;





O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina