Miqueas, 2
8. Pero son ustedes los enemigos de mi pueblo, pues le quitan su manta al hombre bueno y hacen la guerra al que vive tranquilo.
8. Pero son ustedes los enemigos de mi pueblo, pues le quitan su manta al hombre bueno y hacen la guerra al que vive tranquilo.
Micah 2 es un capítulo que denuncia la injusticia y la opresión de los líderes y gobernantes de Judá e Israel. El Profeta acusa a estas autoridades de acumular riquezas y bienes a expensas de la gente y de oprimir a los pobres y necesitados. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:
Isaías 10:1-2: "¡Ay de aquellos que decretan leyes injustas, aquellos que escriben leyes opresivas para privar a los pobres de sus derechos y robar de la necesidad de mi pueblo, haciendo de las viudas sus presas y huérfanos a su presa fácil!" Este verso es una condena de aquellos que crean leyes injustas que favorecen a los ricos y poderosos sobre los pobres y necesitados.
Ezequiel 22:29: "La gente de la tierra ha usado opresión, cometió robo y oprimió a los pobres y necesitados, maltratando al extraño sin justicia". Este versículo muestra cómo la opresión y la injusticia eran prácticas comunes en el tiempo de Ezequiel y cómo disgustaba a Dios.
Isaías 3:14-15: "El Señor entra en juicio y se coloca para juzgar a los ancianos de su pueblo y sus líderes. Has destruido el viñedo; el botín de los pobres está en tus hogares". Este versículo retrata la acción de Dios contra aquellos que explotan a las personas y destruyen su economía.
Proverbios 14:31: "El que oprime a los pobres insulta a él que lo creó, pero que tiene compasión por los pobres lo honra". Este versículo destaca la importancia de tratar a las personas con justicia y compasión como una forma de honrar a Dios.
Amós 8:4-6: "Escucha esto, tú que pisan a los pobres y destruyen a los necesitados de la tierra, diciendo: ¿Cuándo irá la luna nueva para que podamos vender trigo y el sábado para que podamos ofrecer trigo a la venta? Medida, aumentaremos el precio y usaremos escalas falsas para engañar ". Este versículo expone la codicia y la explotación de los ricos en relación con los pobres y muestra cómo esto es abominable ante Dios.
“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina
