57. Entonces empezaron a gritar, se taparon los oídos y todos a una se lanzaron contra él. Lo empujaron fuera de la ciudad y empezaron a tirarle piedras.





“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina