Ester, 2

3. «Ordena que se busquen para el rey jovencitas solteras y bonitas y que para eso haya en todas las provincias del reino inspectores encargados de conducirlas a Susa, donde quedarán en la casa de las mujeres, bajo los cuidados de tu servidor Hegué, que es el administrador de esa casa.

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Esther 2 cuenta cómo el rey persa Xerxes busco una nueva reina para reemplazar a Vasti, quien fue despedido por la desobediencia. Los jóvenes más bellos del reino son seleccionados para un concurso de belleza, del cual el joven judío Esther sale victorioso y es elegido como reina. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en Esther 2:

Proverbios 31:30: "Engañoso es belleza y vano para la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esto será alabado". Este versículo destaca la importancia de la virtud por encima de la belleza exterior y se puede aplicar al concurso de belleza en el que se seleccionó Esther.

1 Samuel 16:7: "Pero el Señor le dijo a Samuel, no consciente de su apariencia, ni al apogeo de su estatura, porque lo he rechazado; porque el Señor no ve como ve el hombre. El hombre ve el exterior, pero El Señor, el corazón ". Este versículo señala que Dios valora más belleza interna que la apariencia externa, y puede aplicarse a la elección de Esther como reina.

Eclesiastés 3:1: "Todo tiene su tiempo cierto, y hay tiempo para todo el propósito bajo el cielo". Este versículo recuerda que hay un momento para todas las cosas, y se puede aplicar al momento en que Esther fue elegida como Reina.

Salmo 46:1: "Dios es nuestro refugio y fortaleza, una buena ayuda en la angustia". Este versículo recuerda que Dios es nuestro protector y puede aplicarse a la situación en la que Esther, una joven judía, es elegida para ser la reina persa.

EXODUS 2:5: "Y la hija de Faraón descendió a lavarse en el río, y sus doncellas caminaron por el río; y vio el arca en medio de las cañas, envió a su criada, y la tomó". Este versículo describe la historia de Moisés, quien fue salvada de la muerte cuando la hija de Faraón lo encontró en Río. Aunque no tiene una relación directa con Esther, puede verse como un ejemplo de cómo Dios puede proteger y guiar a las personas a cumplir con sus propósitos.

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