2. Se había quitado su elegante vestido y se había puesto ropa de luto hecha tiras. En lugar de sus caros perfumes se había cubierto la cabeza de cenizas y polvo. Humilló ásperamente su cuerpo y con las desatadas trenzas de su cabellera cubrió su atrayente figura.





“Quanto mais te deixares enraizar na santa humildade, tanto mais íntima será a comunicação da tua alma com Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina