30. Le quitó al dios Milcom su corona, que pesaba treinta kilos, y puso de adorno en su turbante una piedra pre ciosa que allí había. El botín que llevó de la ciu dad fue enorme.





"Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina