35. quedó humillado con el auxilio de Dios por aquellos mismos que él había despreciado. Despojado de su rico traje, huyendo a través de los campos como fugitivo, llegó a Antioquía demasiado feliz todavía de haber escapado a la destrucción de su ejército.





“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina