9. Atacó también de noche a los jamnitas e incendió el puerto y las naves; el incendio fue tal que el resplandor se veía desde Jerusalén a distancia de cincuenta kilómetros.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina