6. Supo Saúl que David y los hombres que lo acompañaban habían sido descubiertos. Y estando Saúl en Guibea, en el alto, debajo del tamarisco, con la lanza en la mano, rodeado de todos sus oficiales,





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina