14. Y rodeó la ciudad mientras los barcos la atacaban por el mar; la ciudad quedó cercada por tierra y por mar, sin que nadie pudiera entrar o salir.





“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina