10. "En cuanto al sumo sacerdote, el mayor entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el óleo de la unción, a quien le fue conferido el poder de llevar las vestiduras sagradas, no irá despeinado ni harapiento,





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina