4. De sed, la lengua de los niños de pecho se pega al paladar; los pequeños piden pan, no hay quien se lo dé.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina