32. Atenobio, amigo del rey, llegó a Jerusalén y, viendo la fastuosidad de Simón, su vajilla de oro y plata y el aparato con que se rodeaba, quedó maravillado. Pero le comunicó las palabras del rey.





“Se quiser me encontrar, vá visitar Jesus Sacramentado; eu também estou sempre lá.” São Padre Pio de Pietrelcina