Habacuc, 3
13. Sales a salvar a tu pueblo, a salvar a tu ungido. Tú destruyes la casa del malvado, pones al desnudo sus cimientos hasta la roca.
13. Sales a salvar a tu pueblo, a salvar a tu ungido. Tú destruyes la casa del malvado, pones al desnudo sus cimientos hasta la roca.
“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina