Exodo, 9
34. El Faraón, viendo que habían cesado la lluvia y el granizo, perseveró en su pecado, endureciendo su corazón él y sus servidores.
34. El Faraón, viendo que habían cesado la lluvia y el granizo, perseveró en su pecado, endureciendo su corazón él y sus servidores.
“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina