3. Rogó así al Señor, Dios de Israel: "Señor mío, rey nuestro, tú eres único. Ayúdame en mi soledad, pues no tengo otro socorro que tú,





“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina