2. Como jefe de pueblos incontables y señor de toda la tierra, no quiero abusar de la grandeza de mi poderío, sino gobernar a mis vasallos con moderación y clemencia para que pasen una vida tranquila, sin temores, y gocen de la paz tan deseada por todos los hombres.





“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina