Lucas, 6
24. «Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo.
24. «Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo.
San Lucas 6 presenta una serie de enseñanzas y acciones de Jesús, incluida la elección de los doce apóstoles, la curación de un hombre con la mano atrofiada y la proclamación de las Bienaventuranzas. Algunos de los temas cubiertos en el capítulo incluyen la ley, la misericordia, la justicia, la humildad y la oración. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:
Proverbios 21:3: "Practicar la justicia y la ley es más aceptable para el Señor que ofrecer sacrificios". Este versículo destaca la importancia de la justicia en relación con los rituales religiosos, lo que demuestra que las acciones concretas son más valoradas por Dios que las ofertas vacías.
Santiago 2:13: "Porque el juicio es sin piedad para el que no ha usado misericordia. La misericordia triunfa sobre el juicio". Este versículo destaca la importancia de la misericordia en nuestras relaciones con los demás y muestra que es fundamental para la vida cristiana.
Isaías 1:17: "Aprende a hacer el bien, busca justicia, termina con la opresión. Lucha por los derechos de los huérfanos, defiende la causa de la viuda". Este versículo enfatiza la necesidad de actuar a favor de los débiles y más vulnerables de la sociedad, buscando justicia e igualdad.
Filipenses 2:3: "No hacer nada por ambición o vanidad egoísta, pero consideran humildemente a los demás superiores a sí mismos". Este versículo destaca la importancia de la humildad y la renuncia al egoísmo en nuestras relaciones con los demás.
1 Tesalonicenses 5:16-18: "Siempre sean felices. Ore sin cesar. Da gracias en todas las circunstancias, porque esta es la voluntad de Dios para ti en Cristo Jesús". Este versículo destaca la importancia de la oración y la gratitud en nuestra vida cristiana, lo que demuestra que siempre debemos tratar de abordar a Dios en todas las circunstancias.
“Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina
