30. Cuando el sacerdote Pinjás, los principales de la comunidad y los jefes de los clanes de Israel que le acompañaban, oyeron las palabras pronunciadas por los gaditas, los rubenitas y los manasitas, les pareció bien.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina