38. Encendido en ira, despojó inmediatamente a Andrónico, de la púrpura y desgarró sus vestidos. Le hizo conducir por toda la ciudad hasta el mismo lugar donde tan impíamente había tratado a Onías; allí hizo desaparecer de este mundo al criminal, a quien el Señor daba el merecido castigo.





“Todas as pessoas que escolhem a melhor parte (viver em Cristo) devem passar pelas dores de Cristo; algumas mais, algumas menos…” São Padre Pio de Pietrelcina